Rosie es una gatita que fue rescatada por tres hermanas de las calles de California. Estaba muy asustada ya que era muy pequeña cuando la encontraron, por lo que los padres de las niñas la acercaron a uno de sus perros Huskies.
Lilo (el perro) adoptó a la gatita como si fuera una más de la manada. Ahora son inseparables.
Al haber sido criada al rededor de perros desde tan pequeña ella actúa como uno más, hasta se deja llevar con correa, algo que los gatos detestan.